El ser humano tan propenso a la higiene debería de ser el primer eslabón de la cadena en colaborar con la limpieza pública.
Esta colaboración pasa en primer lugar por no convertir la taza del váter en un monstruo glotón que todo se traga.
Son incontables los establecimientos y lugares públicos donde después de lavarse las manos y para secarse las mismas, se hace uso de celulosa de papel, bien en forma de bobina o en forma de toallita. Y es ahí y en ese momento donde comienza nuestra colaboración, haciendo uso de la papelera para depositar estas toallas después de secarnos las manos y no tirarlas al váter como mucha gente hace, en unos casos por desconocimiento y en otros por las prisas y falta de atención.
Esta cantidad de toallitas que se tiran al inodoro son un problema para el local en cuestión por los atascos y obstrucciones que se producen, así como para la red de alcantarillado de nuestras ciudades.
Según estudios recientes, son unas 1.000 toneladas de residuos de este tipo las que se tiran por la taza del váter de forma incorrecta.
La razón principal por la que no debemos de tirar las toallitas o papel seca manos al inodoro, es por que la celulosa con la están fabricadas llevan una cola a modo de pegamento para que el papel al contacto con las manos mojadas no se deshaga como ocurre cuando nos secamos con papel higiénico, que se queda deshecho entre nuestras manos.
Por este motivo, algunos fabricantes de celulosa ya están comercializando un tipo de toallita seca manos que está fabricada bajo una técnica especial y diferente.
Desde Ventaproductosdelimpieza.com les presentamos la toalla de manos doblada en V Flushable de Tork. que genera una menos cantidad de residuos por ser hidrosoluble al contacto con el agua.